Estando con un compañero por la Facultad, me asombré ante una curiosa estampa en los Jardines.
Llegó uno de esos llamados trotamundos, con su mochila y su perro, que pueden ser, de aquí, de allá
o de cualquier sitio. Hasta ahí nada fuera de lo normal, ya que el muchacho hizo parada en los jardines y
se sentó a pasar el rato allí junto a su perro. A los minutos como sacado de su sombrero, o de su mochila, el
caso es que apareción un pato bastante peculiar. El animalito parecía estar acostumbrado a pasear entre gente porque empezó a moverse de un lado para otro sin huir de toda la gente, sino todo lo contrario, le
gustaba la gente y se dejaba querer por los que se paraban a mirarle o a hacerle alguna carantoña. Me
hizo gracia la naturalidad con la que paseaba el pato entre la gente y de hecho parecía el mundo al revés.
El caso es que el pato campaba a sus anchas por allí y todo el mundo se acercaba a él o le miraban de
refilón y con curiosidad y que es algo curioso, ver un pato domesticado y que vaya detrás de las personas
y le guste.Una imagen bastante curiosa y simpática la del pato rondando a la gente.
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