viernes, 17 de junio de 2011

Sobrevivir en el caos

Natsuki, de repente se vio sumida en un paraje devastado y anegado por la imparable fuerza del agua. Lo último que recordaba es que estaba echada sobre el césped de la entrada de su casa. Pero el hecho es que no sabiendo cómo había llegado hasta allí, se sintió como un naufrago flotando sobre su única esperanza: los restos de los que parecía ser el tejado de alguna casa cercana.
Visualizó sus peores presagios cuando vio como la corriente se llevaba una antigua foto muy querida de su familia en vacaciones. La joven estiró el brazo, pero las piernas no le respondieron y observó como se alejaba aquel recuerdo con amargura e impotencia.
Comprendió entonces que aquella traumática experiencia por la que estaba pasando,  no era un mero y retorcido producto de su imaginación.

Las horas pasaban y la incertidumbre hizo que empezara a preguntarse por el paradero y estado de sus seres queridos, no pudiendo reprimir la emoción y las lágrimas que iban a desembocar a las turbias y oscuras aguas que la rodeaban.
Paradójicamente, aquel verde y tranquilo valle había sido arrasado y azotado por el elemento creador y mantenedor de vida en la Tierra, el agua; aquel elemento de vida transformado en otro dañiño y destructor sesgó muchísimas vidas y lacró las esperanzas de aquellos que resistieron sus brutales envistes, al desintegrar lo poco que habían conseguido y mantenían y lo que es peor de todo, las pérdidas de sus seres queridos.
De repente un sonido algo lejano llamó su atención. Mientras se afanaba en intentar incorporarse, el sonido se repetía cada vez más audible y notorio; un anciano encaramado a un poste intentaba llamar su atención. Sacando energía de donde pudo, empezó a hablarle e interesarse por su caso.
Entre ambos se animaron y apoyaron hasta que al día siguiente, cuando milagrosamente llegó a la zona un helicóptero de salvamento del ejercito japonés.

Estuvo dos semanas hospitalizada hasta que se recuperó, pero por desgracia para ella, perdió la pierna izquierda que se le engangrenó como consecuencia de que el miembro recibió los más fuertes golpes cuando su casa se vino abajo. Su vida jamás volvió a ser la misma, porque aunque consiguió sobrevivir para contarlo, perdió a su padre en aquellas apocalípticas inundaciones.




--> Dedicado a todas la víctimas del temible maremoto que asoló Japón tras los terremotos en Marzo.